La smart city o ciudad inteligente es otro de los conceptos que tiene por objetivo revolucionar la forma en la que vivimos y que planea ser una evolución de cómo interactúa la sociedad en las ciudades. Un concepto que ya comienza a ser una realidad y sobre el que hoy te contamos todos sus detalles.
Hoy nos trasladamos de las fábricas hacia las ciudades. Del núcleo industrial al núcleo urbano.
Si recuerdas, los dos últimos posts que publiqué en Factoría de Ingenieros hacían referencia a un cambio social y laboral cuya llegada es inminente: la Cuarta Revolución Industrial. En estos posts te hablé sobre la Industria 4.0 y la smart factory respectivamente.
Si por algún motivo te los perdiste, aquí te dejo los enlaces a los mismos:
Industria 4.0: cómo la Cuarta Revolución Industrial pretende cambiar el mundo
Como has podido comprobar, los cambios que se presentan en las fábricas del futuro son revolucionarios. Bromeaba con entrar a trabajar de la misma forma que entrábamos al metro, y es que esto realmente no está tan lejos de ser así.
Tal vez, en mi caso, podré ver estas fábricas cuando esté a punto de jubilarme. Espero que sea así, o quizás nos entren las prisas a los ingenieros y se desarrollen antes.
Donde sí parece que está llegando el concepto de “smart” es a las ciudades. Y vaya que si está llegando, pues me atrevería a decir que ya es una completa realidad en aquellas ciudades más punteras y pobladas del mundo.
A falta, clara está, de perfeccionar y explotar un poco más este concepto.
Por ello, y antes de que a más de uno nos pille el toro con este término, en el post de hoy quiero acabar con la serie de posts sobre el “mundo smart” con el término smart city o ciudad inteligente.
Let’s go!
¿Qué es una smart city y de qué trata de el concepto de ciudades inteligentes?
Si nos ponemos en situación con respecto a los anteriores posts del mundo smart, recordarás que mi opinión era favorable a que lo que estamos viviendo es un perfeccionamiento de aquello procesos o situaciones cotidiana en nuestro día a día.
Da un poco la sensación de que ya está todo (o casi todo) inventado, y que en los próximos años el objetivo es el de hacer todo lo eficiente que se pueda aquello que nos rodea.
Con las ciudades inteligentes sucede algo realmente parecido: a día de hoy las ciudades más punteras presentan una gran cantidad de servicios, pero ha llegado la hora de ponerlos a trabajar en modo “productividad máxima”.
Partiendo de esta definición, me encanta la palabra que utiliza WikiPedia para describir el objetivo que persiguen los ingenieros y arquitectos (entre otras profesiones) con la smart city: sostenibilidad.
Sostenibilidad es, para mí, alcanzar un equilibrio entre la tecnología que exista en una determinada época y la calidad de vida que tengamos.
Dicho de otra forma, que todos los recursos que existen en las ciudades (energía, transportes, educación, sanidad, etcétera) permitan el desarrollo de los habitantes que viven en ellas y, a la vez, el entorno se vea enriquecido con estos cambios.
¿Qué características tienen en común las smart cities y por qué apuestan?
Hasta el momento, nos hemos quedado con la idea de que la smart city parte del equilibrio entre desarrollo, sostenibilidad y calidad de vida que la ciudad inteligente pretende alcanzar.
Pero, para esto, hace falta una serie de herramientas o avances que permitan hacer de tu núcleo urbano un lugar mucho más avanzado y conectado.
Y para mí, después de investigar por la red, he sacado mis propias conclusiones acerca de cuáles son los pilares que sostendrán el desarrollo de las ciudades inteligentes.
Internet de las cosas, el avance hacia la inteligencia de los objetos de las ciudades
Si sigues con frecuencia este blog, no es la primera vez que le hemos dedicado unas frases a este concepto. De hecho, si quieres conocer este concepto antes de seguir leyendo, te recomiendo que leas el post que escribimos sobre el tema:
Internet de las cosas: cómo estamos evolucionando hacia un mundo conectado
¿Has visto lo increíble que es el frigorífico que está fabricando Samsung?
Para mí, este es el concepto de Internet of Things llevado al extremo. Pero sigamos hablando de ciudades más que de electrodomésticos.
A día de hoy, sólo el 1% de las herramientas que tenemos en todo el mundo están conectados a Internet. Queda mucho campo por explorar, y de lo que no dudo en absoluto, es que el avance del mundo pasa por una comunicación e interconexión entre todo lo que nos rodea.
De hecho, algo que sería un deseo para mí, es el de ver todos los objetos de una ciudad conectados a Internet y que nosotros podamos ver la información con un simple toque en la pantalla de nuestro smartphone (más tarde te pondré un ejemplo de esto, así que sigue leyendo).
El Internet de las cosas, paso a paso, va adentrándose en las ciudades. A nivel de energía o de transportes, por ejemplo, ya vemos los primeros avances. Pero creo que aún queda muchísimo que explorar y, por supuesto, que educar a los ciudadanos para que se adapten a estos cambios.
Mundo conectado, tiempo real y comunicación entre todos los dispositivos y tecnologías
Si das el paso a dotar de conexión a la red a todas las herramientas de tu alrededor. Si das el paso a analizar el estado actual de una ciudad en base a la información extraída de sus componentes, también debes dar el paso a que estos elementos deban trabajar en sincronía.
De nada sirve que un edificio o un sistema de generación de energía recopile datos, si los mismos no se comparten con el entorno y pueden ser utilizados en favor de la sostenibilidad de la ciudad.
Aunque mi punto de vista es que, con el desarrollo de la informática y lo avanzado que funciona, esta realidad de acceder a un mundo conectado está prácticamente presente en nuestro día a día.
Es cierto que muchos procesos necesitan de una mayor conectividad, y que el avance de las ciudades también va a depender en gran medida de hasta qué punto estén conectadas, pero es cierto que aquí poco a poco comenzamos a avanzar a pasos agigantados.
Transformación digital: el cambio también tiene que venir de personas, empresas e instituciones
No sólo las ciudades tienen que cambiar.
Por supuesto, sin las nuevas tecnologías y los procesos optimizados es imposible el cambio hacia las ciudades inteligentes.
Pero, al igual que comentaba con la transformación a la Industria 4.0, todo esto también tiene detrás un gran impacto social que es fundamental vigilar.
Estoy seguro que, tanto la forma en la que nos comunicaremos con el entorno como la forma de cooperación entre nosotros, va a cambiar en gran medida a medida que nuevas piezas del puzzle de las smart cities se vayan descubriendo.
En otras palabras: la transformación digital, tanto de elementos de las ciudades como de personas y empresas, es algo que tarde o temprano tiene que llegar.
Por muy avanzado que parezca el mundo, gran parte de la economía sigue sin ser productiva en lo que a aprovechamiento de las nuevas tecnologías se refiere.
Y, bajo mi punto de vista, esto es fundamental antes de que cualquier cambio pueda generar un impacto negativo en nuestra forma de vivir.
Y, por supuesto, sostenibilidad y eficiencia en todos los procesos y herramientas
El resumen de todo lo que he comentado anteriormente es que todos los cambios serán positivos siempre y cuando traten de alcanzar la sostenibilidad que persigue el concepto de smart city.
De nada sirve tener las ciudades más punteras del mundo, si al final esto repercute de manera negativa en el medio ambiente o en nuestra calidad de vida.
Como siempre, hay que buscar el equilibrio. Y este equilibrio, para mí, se encuentra en dotar de inteligencia a las ciudades para que sus habitantes puedan acceder a la información necesaria que mejore su calidad de vida, al mismo tiempo que estos cambios permitan economizar los procesos y reducir emisiones al medio ambiente.
4 ejemplos de innovaciones que las ciudades inteligentes ya están incorporando en 2016
¿Es esto real?
Puede que, después de leer este post, estás imaginándote este concepto como algo lejano pese a que ya comienza a ser una realidad.
Por ello, voy a finalizar contándote algunas tecnologías que ya se están implementando y son una completa realidad:
- LinkNYC: este proyecto, que fue puesto en marcha hace un par de años, tiene como objetivo instalar puntos de conectividad Wi-Fi a lo largo de toda la ciudad de Nueva York. En la web que he enlazado antes, puedes ver más información sobre estos característicos puntos Wi-Fi de la ciudad.
- London DataStore: en esta web se puede encontrar, de forma actualizada, una gran cantidad de datos (demográficos, económicos, de crímenes, reciclaje, transportes, etcétera) de la ciudad de Londres. Es accesible para cualquier visitantes a la ciudad y varias compañías emplean la información de la web para crear apps que sirven de utilizar para sus clientes.
- Tokyo: si tienes un smartphone actual, es muy posible que tenga incorporado la tecnología Near Field Communication (NFC). Esta tecnología, que transfiere información entre dispositivos cercanos, está muy extendida a lo largo de la ciudad nipona para todo tipo de transacciones.
- Amsterdam Smart Lighting: este último proyecto, como bien os puede hacer intuir su nombre, trata de ajustar los niveles de luz de la ciudad en función de la información que llegue a los sensores de luz existentes en los alumbrados de la ciudad. De esta forma, en función de la hora, la meteorología o incluso el nivel de peligrosidad de la calle, se adaptan las luces de Ámsterdam. Se gana, por tanto, en ahorro de energía y en seguridad.
Estos son algunos ejemplos de smart cities actuales, pero estoy seguro de que cada vez empiezan a existir más. Como ves, la smart city no es ninguna fantasía y no es de extrañar que en esta década aún sigamos viendo cambios muy notables en la implantación de nuevas tecnologías en nuestras ciudades.
¿Qué es lo que hemos visto hoy sobre el concepto de smart city?
En el post de hoy, el tercero y último de esta serie sobre el paso hacia una sociedad inteligente, hemos hablado de la smart city o ciudad inteligente.
Este concepto, como has podido ver a lo largo de post o viajando a alguna de las ciudades más punteras del mundo, ya es una completa realidad. Aunque, como todo, queda explotarlo por completo.
No obstante, es fácil imaginar hacia dónde se pretende avanzar la civilización: a la búsqueda de la eficiencia.
En un mundo donde cada vez empieza a cobrar fuerza la creencia de que está “casi todo inventado” y en el que el ahorro y preservar el medio ambiente se están convirtiendo en pilares fundamentales, las ciudades inteligentes y la industria 4.0 tendrán grandes efectos en estos cambios.
Es difícil imaginarse hasta cuando pueden seguir perfeccionándose las ciudades y fábricas, o de qué manera y bajo qué consecuencia. Por eso, quisiera acabar este post con una serie de preguntas para ti:
- ¿Hacia dónde y cómo crees que evolucionará el concepto de smart city?
- ¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes que ves en esta nueva obsesión por la conexión y eficiencia de todo lo que hacemos en nuestro día a día?
Como siempre, espero tus comentarios aquí abajo.
¡Un abrazo!
Alex.
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